jueves, 10 de enero de 2008

Parque Nacional Tierra del Fuego


Protector de la porción más austral del bosque andino-patagónico, el Parque Nacional Tierra del Fuego, despliega su superficie de 63 mil hectáreas al sudoeste de la provincia homónima, en cercanías a la ciudad de Ushuaia. Creado en el año 1960, es el único espacio protegido de Argentina que cuenta con costas marinas, privilegio que le concede el Canal de Beagle al bañar su límite meridional.

En toda su extensión, el Parque Nacional Tierra del Fuego resguarda el extremo sur de la Cordillera de los Andes, abarcando desde la Sierra de Beauvior, al norte del Lago Fagnano, hasta la costa del canal que incorpora a su paisaje rasgos distinguibles. Situado en las eco-regiones de Bosque Patagónicos y Altos Andes, se caracteriza por un paisaje de montaña de relieve abrupto y escarpado, con valles glaciarios, y dominado por bosques semideciduos.

La vegetación de este Parque se halla condicionada por tres factores naturales primordiales: la exposición al viento, la disponibilidad de agua y las características físicas del suelo, distinguiéndose bosques puros de lengas y guindos, estepas altoandinas, y turbales. En el sotobosque se vislumbran arbustos espinosos como el calafate, la chaura y el michay; mientras que en suelos más húmedos se desarrollan la frutilla del diablo y pequeños helechos; y en las áreas marginales del bosque aparecen matorrales de mata negra acompañados por parrilla y notro.

El Parque Nacional Tierra del Fuego es habitado por una limitada variedad de animales silvestres compuesta principalmente por mamíferos y aves, y carente completamente de anfibios. Zorro colorado fueguino, guanaco, murciélagos, ratón colilargo, rata conejo, hullín, son algunos de los animales que encuentran su hábitat en este lugar. En tanto que su avifauna se conforma por tres tipos de cauquenes o gansos sudamericanos, bandurrias, carpintero patagónico, garza bruja, carancho austral, águila mora, macá grande, y variadas especies de patos. También suele avistarse en la zona el vuelo de cóndores sobre las altas cumbres.

Por su parte, el ambiente costero marino del Parque Nacional cuenta con una flora y una fauna particulares, en las cuales son de destacar las algas verdes y rojas, y los moluscos.

Cómo llegar

El acceso principal al Parque Nacional Tierra del Fuego, situado a 11 Kilómetros de distancia hacia el oeste de la ciudad de Ushuaia, lo constituye la Ruta Nacional Nº 3.

jueves, 3 de enero de 2008

Villa carlos paz

Villa Carlos Paz, a orillas del Lago.
El lugar tuvo como primeros habitantes a la raza nativa de los Comechingones, quienes dejaron sus huellas a orillas de ríos y arroyos.
Los antiguos habitantes de estas tierras hablaban en su mayoría la lengua sanavirona, aunque también coexistían otros dialectos como el henia y camiare.
Vestían camisetas largas, y algunos rasgos poco habituales en la población indígena, que llamaron poderosamente la atención de los españoles, tales como la barba completa que ostentaban y la figura alta y espigada de sus integrantes.
Para subsistir se valían de la agricultura, la recolección de frutos, la ganadería y la caza.
Vivían en chozas semisubterráneas, construidas sobre pozos al ras del suelo, con pequeñas entradas.
En el año 1573 llegó el conquistador español, quien dispuso la división de tierras y con ello también el reparto de indios.
En 1869, don Rudecindo Paz adquirió la estancia Santa Leocadia e inició la construcción del dique San Roque. A partir de 1904, su hijo Nicandro Paz quedó como único propietario de las tierras y con él se inició la expansión. La fundación formal de Villa Carlos Paz data de 1913, cuando don Carlos Nicandro Paz, encomendó su trazado al ingeniero Vázquez González.
La Villa está ubicada en el sector Sur del Valle de Punilla, junto al lago San Roque que en su momento fuera el más grande del mundo. El embalse producido inundó un amplio y verde valle quedando formado este magnífico lago, cuya existencia marcaría para siempre el destino de Villa Carlos Paz.
A fines del siglo XIX, las pujantes condiciones demográficas y el desarrollo de la producción agrícola-ganadera de la ciudad de Córdoba y su zona de influencia, exigieron la construcción de un sistema de provisión y distribución de agua potable, que contemplara las necesidades locales. Esto motivó que el por entonces gobernador de la Provincia, doctor Miguel Juárez Celman, encomendara a los ingenieros Carlos Cassaffousth y Eugenio Dumesnil, un estudio sobre las posibilidades hidrográficas de la zona, especialmente referidas al río Suquía, del que eran tributarios los ríos Cosquín y San Roque.
Las tareas comenzaron en marzo de 1884 y finalizaron en septiembre de 1886. Las conclusiones fueron que para satisfacer la necesidad de agua para la Capital, había que llevar a cabo cuatro obras fundamentales: un dique monumental; otro pequeño, en Mal Paso (actualmente el lugar se llama Dumesnil) y dos canales maestros para distribuir el agua en las sierras.
Las obras demandaron el continuo esfuerzo de más de 3.200 obreros, que en tres años terminaron el dique San Roque y por ende el Lago, que fue inaugurado el 12 de abril de 1890 por el gobernador Miguel Juárez Celman.
Fué declarada ciudad el 16 de Julio de 1964 y a partir de 1970 comenzó su esplendor como ciudad turística.
El 16 de julio se conmemora la fiesta patronal de la Virgen del Carmen.
En el año 1921 se radica en la zona el Dr. Enrique Zárate que inicia el primer emprendimiento urbanístico que llama Villa del Lago, construyendo sobre grandes espacios 10 magníficas residencias que aún sorprenden en nuestros días.
Con el correr del tiempo, hacia 1930, se fue produciendo la división de los campos a través de los herederos y comenzó de esta forma la llegada de capitales que iniciaron y la creación de loteos.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Cerro aconcagua


La provincia de Mendoza es el hogar del punto más alto de occidente: el cerro Aconcagua, con 6.959 metros sobre el nivel del mar, ubicado a 180 kilometros de la capital provincial.

El “centinela de piedra”, significado del origen de la palabra Aconcagua en lengua quichua, dista a unos 12 kilómetros de la frontera con la hermana República de Chile y sus coordenadas son 32º 39’ Lat.S y 70º 01’ Long. O. Y se encuentra dentro del Parque Provincial Aconcagua de 71.000 hectáreas en el Departamento Las Heras.

Son 71.000 hectáreas de ambiente seco, árido, de terreno montañoso con poca vegetación en las laderas y donde las estribaciones forman extensos cordones separados por enormes valles cuya altura a veces desciende hasta los 2.000 m.s.n.m. En la pared sur y también en la que mira al este el cerro Aconcagua presenta impactantes glaciares como el denominado Polaco que recorre esta ladera entre aproximadamente los 6.900 y 5.900 m.s.n.m., con una extensión cercana a las 700 hectáreas y el Güssfeld, con bastante más extensión que el anterior. Uno de los mayores de la zona es el glaciar de La Vacas con una superficie estimada en casi 2.000 hectáreas.

El cerro Aconcagua está situado en extremo sur de la cadena denominada los Penitentes y con sus 6.959 m.s.n.m. se lleva el atributo del ser la mayor elevación del continente americano y su gran altura, como la de otros cerros próximos, no corresponde a estructuras volcánicas activas como el Tupungato, sino que su altitud actual resulta del levantamiento tectónico de la cordillera. Lo custodian colosos de gran altura como el cerro Catedral al noroeste con 5.200 m.s.n.m, el Cuerno (5.450), Bonete (5.100) y otros ubicados en el Valle de los Horcones Superior. En el denominado Valle de los Horcones Inferior se encuentran los cerros Ibáñez (5.200), el cerro Mirador (5.800) entre los de mayor altura. Entre los 27º y los 33º 30’ no se observa vulcanismo cuaternario y la actividad sísmica se concentra en una franja delgada a lo largo del borde occidental, que coincide con la zona geotectónica más activa donde ocurren los grandes terremotos.

domingo, 23 de diciembre de 2007

"Puente del Inca"


De camino a Las Cuevas (límite con Chile) se puede disfrutar de esta curiosa formación geológica, a la vez uno de los más famosos centros termales de la Argentina. Los baños en estas aguas se recomiendan para muy diversas afecciones, y sumados a la singularidad de este monumento natural y al paisaje que lo rodea hacen de Puente del Inca un lugar de características únicas.

Ubicado en plena Cordillera de los Andes, a 2.720 metros sobre el nivel del mar, el Puente del Inca, es un paraje cordillerano famoso por su puente natural, curiosidad geológica única en el mundo y declarada Monumento Natural. El Puente ha sido formado por la acción de las aguas minerales. El caudal fluvial se abrió paso entre sedimentos depositados en el fondo de una artesa y luego cementado por las aguas termales. Estas dan a la zona su coloración de naranjas, amarillos y ocres, y a cualquier objeto que se coloque bajo ellas una dureza tal por la impregnación en sales minerales que adquiere una apariencia "petrificada".

En la margen derecha alberga a las famosas termas, con cinco fuentes del mismo tipo, pero de diferentes temperaturas y componentes. Los singulares cerros que hay a su lado y el río Las Cuevas que pasa decenas de metros por debajo del puente completan la postal.

La historia del Puente comienza con el Camino del Inca y sus leyendas. Se supone que era conocido y frecuentado por esta cultura a fin de aprovechar sus aguas con propiedades curativas. Su fama, justamente, se debe sobre todo a sus termas. Existen construcciones al costado y debajo del puente con pequeñas piletas por donde corre el agua termal, que surge de vertientes naturales con una temperatura que oscila entre los 34 y los 38 grados. Los baños se recomiendan para afecciones nerviosas, reumáticas y ginecológicas, terapéutica para niños anémicos, raquíticos y artríticos.

La zona es propicia, además, para el turismo aventura, el andinismo internacional, las cabalgatas, el esquí y los juegos de nieve. En los alrededores se encuentra el Cerro Los Penitentes y en las laderas de esa montaña se forman pistas naturales de esquí que convierten al lugar en uno de los centros invernales más importantes de la provincia.

En 1925 se construyó el Hotel Puente del Inca que representó para su época un verdadero lujo al que asistían las personalidades más importantes. Luego de sobrevivir a varias amenazas climáticas, que previamente habían dejado inhabilitado el servicio del tren trasandino, el hotel fue destruido por el devastador alud de 1965; pero sus ruinas son visitadas por miles de turistas cada año.

El nombre del lugar proviene de la leyenda que cuenta que mucho antes de la llegada de los españoles un gran jefe inca tenía un hijo afectado de parálisis, y luego de intentar todo tipo de curas sin resultado escuchó que tierras al sur existía un lugar donde las aguas curativas podían terminar con su desgracia. Preparó entonces un grupo con los mejores guerreros y se dirigió hacia allí. Cuando llegó, observó asombrado las famosas aguas que salían de la tierra; pero de ellas lo separaba un río torrentoso que le impedía llegar. Sus guerreros, sin dudarlo, se abrazaron unos a otros formando un puente humano, y de ese modo llegaron hasta el otro lado. El inca caminó por encima de sus espaldas con su hijo en brazos y llegó hasta la terma en donde encontró la ansiada cura. Cuando volvió su mirada atrás para agradecerles a sus guerreros, éstos se habían petrificado y constituían ya lo que hoy conocemos como el famoso ''Puente del Inca''.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Parque Nacional Sierra de las Quijadas

En la zona de Sierra de las Quijadas convive una curiosa asociación de flora y fauna perteneciente al Chaco semiárido y al Monte. El primero define una vegetación adaptada a vivir con escasez de agua, con un estrato herbáceo de gramíneas o pastos y numerosos tipos de cactus (cardoncitos y tunas) y bromeliáceas, de hojas alargadas con disposición arrosetada, epífitas aéreas o terrestres como el chaguar y el clavel del aire. Por su parte, el Monte se identifica por los matorrales, con el predominio de la jarilla, el garabato, la brea y el retamo. La conjunción refiere a una unidad exclusiva de la Argentina, que se extiende desde el sur de Salta hasta el noreste de la Patagonia. Los bosques se desarrollan sólo en condiciones locales favorables, como es el caso de los algarrobales mezclados con quebrachales empobrecidos.

Al borde de los paredones, con sus troncos retorcidos, crece la chica, un pequeño árbol endémico del Gran Cuyo, de crecimiento muy lento y madera durísima. Sus nutritivas semillas fueron utilizadas por los aborígenes. Actualmente, en las sierras de San Juan, se tuestan para hacer café.
Al oeste de las Quijadas corre el río Desaguadero, que ha provocado una gran llanura de inundación donde crecen bosquecillos de chañar y plantas resistentes a los ambientes salados (halófitas).
Una zampa, un romerillo y una rosetilla o mata piedra, valorizan el patrimonio del Parque Nacional por ser exclusivas de la zona (endémicas). En cambio, otra especie de flora en la región, la verdolaga, junto al algarrobo negro y al retamo, corre peligro de extinción.

Entre los reptiles propios del monte, habita la tortuga de tierra argentina, una de las especies en peligro de extinción a nivel internacional, el matuasto, el geko y algunas víboras y culebras. En el Chaco semiárido pueden encontrarse distintos tipos de lagartijas. Comunes a ambos ambientes son la falsa coral y la boa de las vizcacheras o ampalagua, también en peligro dentro del país por la caza para la obtención de su preciado cuero.

La diversidad de las aves se ve favorecida por las condiciones del lugar que le facilitan su alimentación, reproducción y refugio. Se puede apreciar, con mayor frecuencia, al loro barranquero, el pepitero de collar y el chico, la monterita canela y la de collar, el hornero, la chuña chica, el caserote castaño y el verdón, además del ñandú y el cardenal amarillo. Entre las aves rapaces, se encuentran el águila coronada y el águila mora, el cóndor y el halcón peregrino, que está considerado vulnerable en el orden internacional y nacional.

Dentro de los mamíferos, pueblan Las Quijadas el guanaco, los pecaríes de collar, maras, pumas y especies como el quirquincho chico, conejo del palo y la laucha colilarga baya. Asimismo, en las zonas de médanos se ven el pichi ciego pampeano, animal en peligro, y el tuco-tuco mendocino. En otros terrenos moran el gato montés, el cuis chico y el conejo del palo, los pericotes y el quirquincho chico. También están en riesgo de desaparecer el gato moro y la rata vizcacha colorada.
Completan la fauna del lugar, ejemplares incorporados por el hombre que provocan disturbios en el área, como ser los burros que se han hecho silvestres y las liebres europeas, que compiten con la fauna nativa por territorio y alimento.

Las Quijadas

Parque nacional iguazú

El Parque Nacional Iguazú, creado en 1934 por la Ley 12.103, posee alrededor de 67.620 hectáreas que fueron declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad en 1984 debido a sus bellezas escénicas y a la gran diversidad biológica de la selva subtropical.

Este santuario natural ubicado en el extremo NE de la República Argentina, con lluvias y temperaturas benignas (15º C de media en invierno y 30º C de media en verano) conforma un ambiente cargado de humedad, casi sin viento debido a la frondosa cúpula vegetal.

El río Iguazú tiene un recorrido total de 1320 km hasta su desembocadura en el Paraná, 23 Km. después de las cataratas.
Enmarcado por costas bajas tiene en la mayor parte de su recorrido un ancho variable que va desde los 500 hasta los 1.000 metros. Dentro del Parque Nacional, se ensancha a unos 1.500 metros y tuerce hacia el sur, para luego retomar hacia el norte, formando una amplia U, que contiene en su desembocadura, el abrupto desnivel en el terreno que da lugar a las cataratas: imponentes caídas de agua.

En su gran curva, una proliferación de escollos, islotes y alargadas islas fragmentan el río en numerosos brazos. Al llegar al barranco, cada uno de ellos da lugar a un salto, cuyo conjunto constituye el gran abanico que son las Cataratas del Iguazú.

El Parque alberga un Patrimonio Natural que incluye:

• Una flora autóctona con más de 2000 especies: frondosos helechos, bromelias, orquídeas, palmeras y gigantescos árboles que sirven de soporte a una gran variedad de enredaderas trepadoras, que proveen permanentemente de frutos que atraen a monos, coatíes, venados, tucanes, por nombrar solo algunos.

• 450 especies de aves, las que se exhiben sin timidez en las primeras horas de la mañana y al atardecer, pudiendo observarse con facilidad tucanes, urracas, teros, loros y los increíbles vencejos, esta última especie exclusivas del área de las Cataratas del Iguazú.

• 80 especies de mamíferos, entre ellos a cinco variedades de felinos recorren mimetizados los claroscuros selváticos.

• E incontables insectos, entre los que se destacan una gran cantidad de coloridas mariposas.

• Los innumerables cursos de agua del área, están custodiados por yacarés y garzas, que se nutren de peces menores.

La importancia de conservación del área reside en que en ella se protegen especies que están en peligro de extinción como ser: el yaguareté (Pantera onca), ocelote (Felis pardalis), la yacutinga (Aburria jacuntinga), macuco (Tinamus solitarius) para mencionar algunas de ellas, que aún encuentra en el Parque Nacional Iguazú las condiciones para su supervivencia.

Glaciar Perito moreno

Por lo espectacular de la vista que ofrece, el glaciar Perito Moreno es considerado la octava maravilla del mundo. La imponente masa de hielo interminable rodeada de bosques y montañas es un espectáculo que pocos se quieren perder. De hecho, este lugar es, junto con Puerto Madryn (en Chubut) y las Cataratas del Iguazú (en la provincia norteña de Misiones), uno de los sitios del país mas visitados por extranjeros, y emblemático del turismo argentino.


Se puede llegar hasta el Glaciar en paseos por tierra, o alternando etapas de navegación en el recorrido. Si el visitante llega con vehículo propio, debe transitar la Ruta Provincial Nº 15, recorriendo desde El Calafate 78 kilómetros aproximadamente, en una hora y media de viaje. Otra modalidad muy atractiva de visitar el glaciar es el "minitrekking" (caminata sobre hielo).

El Perito Moreno es uno de los tantos glaciares que forman el Parque Nacional Los Glaciares. Todos forman el Hielo Continental Patagónico (17.000 kilómetros de extensión), una de las reservas de agua potable más importante del mundo. Es que el 90 % del agua dulce del planeta se encuentra en las zonas glaciarias: después de la Antártida y Groenlandia, sigue nuestra región. Esta se extiende entre los 47º y 51º de latitur sur, llega hasta los fiordos chilenos y en el este hasta los lagos argentinos. El Hielo Continental Norte se sitúa totalmente en la vecina República de Chile, en cambio el Hielo Continental Patagónico Sur se comparte entre las dos naciones. Aquí nacen todos los glaciares del Parque Nacional, entre los que sobresale el Glaciar Perito Moreno. Los turistas pueden acercarse a 300 ó 400 metros de las lenguas glaciarias.
Rodeado de cumbres nevadas y bosques de lengas y ñires, estos hielos cubren unos 195 km2 (según otras fuentes 235), es decir, más de la superficie de la Capital Federal, de la que se encuentra a una gran distancia: 2.800 km. Un halo de paz infinita, sobre la naturaleza virgen, lo convierte en un gran atractivo para quienes quieren disfrutar del aire puro y del sonido del silencio. Sonido que interrumpe sólo el movimiento del glaciar, que constantemente le regala al Lago Argentino inmensos bloques de hielo. Estos, al desprenderse del zócalo de ablación, caen en el Canal de los Témpanos, produciendo un estruendo profundo y estremecedor.

Bellísimo coloso de hielo que impresiona y conmueve a quienes llegan hasta aquí.